Quiero que juntos festejemos –porque el peronismo es festejar– la memoria (pero no con un minuto de silencio) de todos los compañeros caídos en estos 200 años por la lucha para poder liberar a nuestra patria. Por todos los caídos, por nuestros desaparecidos, por la Resistencia, por las montoneras heroicas, fuerza, aplaudámoslos. Porque, como dice el poeta, “el que cae peleando vive en cada compañero”. ¡Mostremos que viven en nosotros!
Quería compartir con ustedes un mínimo cuadro de situación. Como nos enseñó Rodolfo Walsh, las clases dominantes lograron apoderarse de la memoria. Nos hicieron creer que cada generación que se arrimaba a la lucha era un nuevo comenzar. Habían roto la cadena de la memoria y del conocimiento. Decía Rodolfo que los dueños de la historia también eran dueños de todas las otras cosas. Por eso quiero compartir con ustedes un pequeño cuadro de situación: de dónde venimos, dónde estamos, a dónde debemos ir y cuál es la tarea principal para la militancia popular.
Antes quiero agradecer a los compañeros ministros, a Ferraresi, a los compañeros diputados, a los funcionarios y a las organizaciones del campo nacional y popular, que son organizaciones hermanas.
Hubo una época en que nos decían que había que achicar el Estado, que eso era agrandar la Nación. El Estado renunciaba a su tarea social y nos trasladaba lo que era el compromiso colectivo, lo trocaba en responsabilidades individuales. Uno debía procurarse la salud, la jubilación, en el marco del trabajo flexibilizado e indigno. Nos decían también que existía una cosa invisible, que era la mano del mercado, que iba a lograr que todo fuera bien.
Nos decían que en política exterior, aplicando la teoría del realismo periférico, si éramos una semicolonia había que asumir el rango semicolonial de nuestra tierra. Había que acompañar a las flotas y a las tropas imperialistas en todas sus guerras de colonialismo y pillaje. Nos decían que el país estaba de rodillas y que teníamos relaciones carnales.
Yo me acuerdo por aquellos años que aquí, en el Puente Pueyrredón, un compañero de la JP de los 70, “El Griego”, pintó “Di Tella, el culo ponelo vos”. Va un homenaje para ese compañero que pintó ese puente, parte de la memoria de la lucha de nuestro pueblo.
Nos decía Dromi que el país estaba de rodillas. Había que asociarse a la principal potencia y asumir la modelación que en lo económico nos daban. Nos ponían el ALCA. El viejo sueño de Bolívar y de San Martín, ese sueño medido por sus espadas, pasaba a ser simplemente republiquetas, una estrella más en la bandera de las barras y las estrellas; eso era el ALCA. Y nos decían que el mundo estaba globalizado. Nos decían, también, los exégetas, los que hacen hermenéutica a los textos sagrados del Departamento de Estado, que la globalización era imparable, que había flujo de capital por el mundo y que había que saber ser genuflexos para atrapar esos capitales.
Nos decían, también, que iba a derramar la copa. Y nuestro pueblo se debatía en la miseria, el hambre, la entrega y la indignidad del desempleo. Pero algo sucedió. Fukuyama decía que se había acabado la historia, que ya no había sujeto, pero el topo de la historia cavaba por abajo. Y apareció, como siempre, heredero de las luchas de 1810, de las montoneras heroicas, de la Patagonia de Facón Largo, de la semana trágica en Vassena, del 17 de Octubre, de la Resistencia, del Luche y Vuelve y de nuestros desaparecidos, apareció el 19 y el 20 de diciembre. Ese 19 y 20 de diciembre, el neoliberalismo no era más viable en nuestra patria. Ya no discutían la inviabilidad nacional. Los que no eran viables eran los hambreadores, los explotadores, los cipayos, los que entregaban nuestro patrimonio. Y como consecuencia de ese glorioso 19 y 20 de diciembre llegó el Flaco, llegó Néstor, vino él, vino Néstor Carlos Kirchner.
Y el Estado volvió a estar presente, el Estado recobró su responsabilidad social. No voy a extenderme en lo que todos sabemos. No voy a extenderme en el golpe al aparato financiero, que fue tomar las jubilaciones de todos los argentinos. No voy a extenderme en los subsidios. Todos lo sabemos.
Estamos en un punto de inflexión. Hemos cambiado muchísimas cosas, pero ¿cuál es la tarea principal, compañeros? La tarea principal es construir organización política que dote a Cristina de musculatura y poder para poder seguir avanzando y profundizar esta etapa. Modificar la relación de fuerzas, cada vez más a nuestro favor, que es a favor del campo nacional y popular. Construyendo ámbito por ámbito, dispositivo por dispositivo, barrio a barrio, fábrica a fábrica, aula por aula, junto a las organizaciones hermanas y a nuestro gobierno; construir poder popular para que Cristina sea presidenta ya, pero para que además profundice, porque falta mucho más para que nuestro pueblo vuelva a tener la dignidad que tuvo.
Quiero decir que esa musculatura necesaria, la organización popular a construir, debe bancar que se aplique la Ley de Medios, debe bancar (y allí están los compañeros de Santiago del Estero y algunos del MOCASE, que militan junto a nosotros) el tratamiento de la Ley de Tierras para frenar la extranjerización, debemos bancar una nueva Ley de Entidades Financieras que permita que nuestros hijos tengan futuro y puedan compra su techo, puedan hacer su vida.
Pero, compañeros, hay que construir organización popular. Tenemos las condiciones objetivas; hay que construir las condiciones subjetivas. América Latina, hoy, cruje. Y mirémosla. Tenemos en la isla al hermano del legendario comandante, él también comandante allí en la sierra. Tenemos en Nicaragua a un combatiente antisomocista; tenemos un contador, Correa, en Ecuador; tenemos un militar nacionalista en el Perú; tenemos un indio aymara en Bolivia; tenemos a un militante del MNLT en Uruguay; tuvimos hasta hace muy poco un obrero metalúrgico en el Brasil, que le pasó la posta a Dilma; tenemos un militar nacionalista y democrático, nuestro hermano Hugo Chávez Frías; y en la Argentina a una militante de la Juventud Peronista de los 70, nuestra querida Cristina.
¡Vamos América del Sur, construyamos la unidad continental!
¡Compañeros, la Patria existe, la Patria Vencerá!
¡Venceremos! ¡Venceremos! ¡Venceremos!